lunes, 9 de enero de 2012

MÁS TRANSFONDO

 Aqui tenéis otra emocionante entrega de la vida en Horizonte Oscuro, como siempre ¡Espero que os guste! XD

EL DIÁLOGO

Habían pasado varias semanas desde la llegada de la flota alienígena. Todo seguía igual. Los científicos analizaban las imágenes de las batallas y las de Tak Naxok dando teorías e hipótesis a los sucesos, tecnologías y problemas. Pero las naves allí seguían con sus escudos levantados y una serie de minúsculas naves revoloteando por el interior de la cúpula. Los militares habían establecido varios cordones defensivos concéntricos alrededor de la cúpula, con búnkers, tanques y patrullas aéreas, por el momento ninguno de los dos bandos  había realizado movimiento alguno o intentado el contacto o diálogo con la otra parte.

Era el 27 de Febrero de 2053 d.D, y el Presidente Clark se encontraba en la reunión del Gobierno con la cabeza militar analizando los informes de guerra. Dentro de lo malo Clark suspiraba porque las pérdidas habían sido incontables, la población civil estaba asalvo y la reconstrucción podría empezar pronto y no sería muy traumática. En un punto de esa reunión según contaron a los medios fuentes extraoficiales del Gobierno, una proyección holográfica de altísimo detalle apareció en la sala, mostrando un ser alto y delgado con fisionomía humanoide, dos brazos, y dos piernas de articulación inversa, una armadura plateada cubría su cuerpo en su mayoría excepto el rostro, intrigante, alargado, sin boca, nariz o cualquier orificio visible en una piel del color del mármol negro, cuatro hojos dispuestos en dos hileras superpuestas brillaban como estrellas en la noche, una protuberancia ósea cubria su frente y nuca, y de ella se extendía unas largas trenzas finísimas y cogidas en varios puntos con broches. Aquellos alienígenas eran imponentes, viejos, poderosos y sabios.

Según cuentan, el alien dedicó unos minutos a observar a todos los presentes, luego se desplazó hacia Clark y con un gesto de su brazo lo invitó a sentarse al otro lado de la mesa donde él se encontraba, parecía que por primera vez en tiempo, ambas razas mantendrían una conversación.

EL TIEMPO DEL ENCUENTRO

Karasthras se encontraba en el pleno del Gran Consejo, estaba esperando la orden que los mayores debían darle, el siguiente paso para no perder más mundos, a más hijos que están por nacer. La guerra había consumido ya varias generaciones, miles de hermanos y hermanas, buenos soldados y mejores seres habían consumido su tiempo frente al enemigo imparable que desde tiempos inmemoriales había aterrorizado a toda su especie.

Karathras había recibido su orden, debería buscar a los antiguos hijos, los humanos, ya que se habían depositado demasiados recursos y esperanzas, ellos deberían sucederles ante el enemigo imparable. Demasiado tiempo cuidando ya era el momento de que anduvieran solos, y se enfretasen solos por su cuenta como raza adulta. Esto es lo que pensaba mientras su flota se ponía en marcha rumbo a la Tierra, durante miles de años los suyos habían cuidado y defendido a aquellos aliens prometedores, todo aquel trabajo sin que aquella extraña raza nueva supiera de su existencia, algo que Karathras desde su más temprana edad no comprendía, debido a que con otras jóvenes especies se había actuado de otra manera, no entendía que tenían estos humanos de especial para aquel trato tan costoso. Mientras su flota viajaba por el Espacio Oscuro, una realidad alternativa en la que las leyes de la física no discurrían de la misma manera y les permitía un viaje a puntos distantes más alejados de toda la Galaxia. Aquel conocimiento les había permitido sobrevivir a las incontables guerras que aborrecían y, les había permitido conocer los secretos más oscuros del cosmos.

Mientras la Tal Passar, su nave insignia estaba transitando el Espacio Oscuro como una barca en un lago tranquilo, Karathras repasaba los informes holográficos de los últimos datos sobre la especie a la que iba a presentarse, sería el primer contacto, una gran responsabilidad y virtud que los mayores le habían otorgado a la joven Shel'Na. Pero tanto ella como sus mayores sabían que aquel no era su lugar, ella era de la casta guerrera, una estratega que había tardado varios ciclos en llegar a su posición con mucho esfuerzo y tesón. Aquella era una de las lecciones que tanto odiaba. Se estaba poniendo la día con los holoinformes cuando se dió cuenta de un buen detalle, faltaba información sobre los Humanos, durante cuatro mil años de su calendario aproximadamente no se había mandado ninguna sonda a observar su progreso o avance como especie, los últimos datos resultarían casi nada precisos o de ayuda. Ahora lo entendía todo, ellos lo sabían, los mayores necesitaban a una guerrera, no fuera el caso de que los hijos se sublevasen contra los padres, y con el tiempo discurrido sin ningún tipo de información fiable necesitaban a la casta guerrera para aquella misión. Con el gran descubrimiento hecho Karathras cerró el programa de holoproyección y salió hacia el puente de mando, ahora este sería su lugar, las normas para los contactos no estaban escritas en este caso, tendría que improvisar.

Karathras llevaba observando el perfecto funcionamiento de los instrumentos y de la nave unas cuantas horas, era el momento de salir del Espacio Oscuro. La flota fue informada y rápidamente dispusieron las naves en formación  de custodia para salir al espacio normal, varias sondas fueron lanzadas como medida preventora, la Shel'Na quería saber qué se encontrarían al otro lado, la flota esperaría los datos de la telemetría de las sondas para saber como actuar y proceder. Pero las revelaciones de dichas sondas no fueron lo esperado en ningún momento, ni por el gran creador se podrían imaginar lo que estaban recibiendo. En ese momento Karathras dio la orden de entrada en espacio normal, se salió del Espacio Oscuro y se recogieron las sondas, la Tierra estaba deshabitada y totalmente en llamas, capas de gases ardiendo cubrían su superficie, era imposible que la vida tal y como se conocía pudiese sobrevivir en aquel motor de combustión, la raza Humana había desaparecido para siempre, ahora estaban perdidos. Aquellos seres eran la última esperanza de equilibrar las fuerzas contra el Gran Enemigo, ellos solos no podían, eran demasiado viejos y débiles, y sin una raza nueva a la que transmitir su legado aquella Galaxia tan hermosa ardería en llamas, como lo estaba haciendo el planeta que tenía enfrente.

4 comentarios:

  1. Me gusta! Creo que vas mejorando en el control de la narración, se nota que lo has revisado o le has dedicado más tiempo. Como dirían en el colegio: ¡"PROGRESA ADECUADAMENTE"! =)

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  2. Tío, esto me ha molado un montón. Sigue así ;).

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  3. Gracias a todos, espero que el nivel sigua subiendo y en breves más e interesantes noticias

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  4. ¿Es cosa mía o las horas de los posts siguen un horario diferente al terrestre? xD

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